Monday, December 28, 2009

El gordo de Navidad

Unos días antes, el trío calavera, habíamos quedado para hacer una salida al lucio y esta vez también se había apuntado nuestro querido amigo Miguel Franco. Al final Crespo no podía porque se le habían superpuesto las comilonas y no tenía tiempo para más, y Jorge tuvo que declinar la invitación por una razón de fuerza mayor, una gastroenteritis vírica, que nada tiene que ver con las comilonas que acaecen por estas fechas. El mismísimo "Doctor" había rechazado una salida de pesca por una cita, cada 10 minutos con Roca.

Con menos efectivos pero con la misma ilusión, allá que nos fuimos Miguel y un servidor. Quedamos a las 6h en Massamagrell para salir hacia Tous y después de un viaje corto por una fluida conversación, llegamos aún de noche a la orilla. Recordé las palabras de Jorge que me dijo un par de días antes: “el embalse ha subido, por lo menos llegará hasta el coche”, no se veía y tuvimos que botar la barca desde la misma carretera.

Después de preparar todos los bártulos, decidimos subirnos dirección al río, pero a la altura de la recula de Alberic, Miguel propuso investigar la zona de Escalona y como la última vez que fuí a Tous me quedé ganas de pescar esa zona, no rechace la proposición.



A partir de ahí, nuestros pikies y mogambos empezaron a chapotear el agua una y otra vez. Cruzamos en dirección a Escalona, pescando la zona de la derecha, hasta los cortados y una vez allí, rastreamos a fondo toda la zona, pero sin rastro de los “Esox”.

Siguiendo por la misma orilla, de repente dije:

“Mira Miguel, mira Miguel…………..”,

pero Miguel no llevaba las polarizadas. Un gran bass en la mismísima orilla, nos quedamos atónitos pensando: ¡¡¡Un bass, el 26 de diciembre, el la orilla en un día de perros y con el agua a 11 grados!!!! Esto nos trastocó los planes y a partir de ese momento cambiamos nuestras cañas de lucio por las de bass. Un poco más para adelante, en unos árboles sumergidos, volvimos a ver basses. El agua estaba muy transparente y teníamos que pescar muy alejados de la orilla y empezó el carrusel de lances a las coberturas.



En uno de esos lances con mi jig, a un gran árbol caído, noto algo extraño al final de la línea, tenso, pero no noto nada, vuelvo a tensar y mi caña me dice que ahí pasa algo raro, no lo pienso, clavo y empieza la lucha:

-“Miguel, Miguel lo llevo, es un bass”, un gran bass aparece.
-“No parece tan grande, disfrútalo”

El bass no quería subir y doblaba la caña heavy como si fuera una de drop-shot, después de unos saltos y unas carreras, le pido a Miguel la sacadera. Una vez en la sacadera, ya empezamos a darnos cuenta de la realidad, no era un gran bass normal, eso era el “GORDO DE NAVIDAD”.



Después de las típicas frases como “que peazo pepino”, “que bola”, Miguel hizo una aproximación de peso que estaba sobre los 2.700 ó 2.800Kg. Saque la báscula, empezó a parpadear y el número mágico apareció en pantalla "3.260" empezaron los gritos, auténticos gritos, abrazos, palmadas, fue una experiencia única.

Realmente me había tocado el gordo de navidad, había pescado el pez soñado por todo pescador, había tenido la suerte de estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado.

Nos costo bastante reaccionar al evento, no acabábamos de creer lo que había sucedido, pero nuestras visitas cada minuto al vivero, así lo corroboraban. Decidimos meterlo en el vivero para poder disfrutar de esa maravilla de pez. Después de un gran album de fotos con el pez, seguimos pescando, en el ambiente se palpaba un gran optimismo, incluso dijimos: “ ……vamos a por otro pepino…”



Seguimos viendo basses, bastante basses pero ya no tuvimos ninguna picada y decidimos bajar para la zona de la presa para pescar la “recula del ojete” y tentar a los lucios en las piedras de delante de la presa. Ya era tarde cuando llegamos a la presa, por lo que decidimos pescar rápido la orilla de la izquierda en dirección al
coche.





Recogimos y ya en el coche rememoramos ese gran momento resonado en nuestras cabezas la música “ de los niños de San Tous”, cantando el gordo ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡3260!!!!!!!!!!!, y el gordo de navidad, salió.

Quisiera dedicar esta mi primera crónica, en primer lugar y especialmente a Borja Palmero, la persona que me inició en el mundo del bass y echamos mucho de menos, en segundo lugar a mi mujer Trini y a mi hija Aitana que son las que mas sufren mis horas de pesca y a mis compañeros y maestros de UPV: Vicent, Jorge “The Doctor” y “el meu cosi” (Crespo).

Por último, a Miguel Franco, persona que vivió “in situ” la gran e inolvidable experiencia.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Feliz Navidad!!!!!!!!!!!

Cisco

P.D. ¿A quién le tocará el gordo del niño?




Nota del editor: Como os podréis imaginar (por la mujer e hija citadas), esta crónica que tengo el honor de publicar, no ha sido escrita por mí, sino por Cisco :-) Ya felicité a Cisco por lo que posiblemente sea el bass de su vida, aunque ójala no sea así, y aquí reitero mi más sincera felicitación: ¡Enhorabuena, Cisco! Nótese la foto al margen tomada por el funcionario de la IGFA donde se da fe del peso del pez.

Sunday, December 27, 2009

Benagéber 3 - Cortes 0

Está crónica es un poco especial porque resume una jornada de pesca en dos embalses diferentes el sábado 12 de diciembre. Mientras los miembros de la escuela Bass UPV se comían una buena porra en Cortes, dos pimpines, mi cuñado Andrés y su amigo Jared, hacían una pescata en Benagéber para quitarse el sombrero dada la época del año.

Por mi parte, lo único que ví en Cortes fue una lucioperca de 3 ó 4 kilos que siguió el jig cuando lo sacaba de las profundidades de una récula del Ral. Otra cosa a destacar fue que probé mi primer pequeño swimbait, un 110 chartreusse shad de lucky craft. Javi y yo nos quedabamos tontos mirándo como nadaba. ¡Qué pasada!

Vayamos directamente con la gente que pescó ese día. Andrés y Jared, que no escarmientan de malos caminos, tiraron su barquilla de plástico por Fuente Cabera, punto intermedio en el curso del embalse de Benagéber. Subieron por la orilla de la izquierda, hasta la primera curva a la izquierda donde hay un cortado. Andrés, gran amante de los "rapalas de pala grande que pronfundizan mucho", barría las paredes con su "rapalilla blanco" del Decathlon. Cuando en una de esas, tras haber ejercitado suficientemente sus bíceps, tiene la primera picada del día. La picada fue brutal y aquello que había a la otra parte tiraba hacia abajo como una bestia. Andrés, pensaba que llevaba el lucio de su vida, a la vez que estaba tranquilo que ese pez no le partiría el hilo azul de 12 kilos (25 libras), también del Decathlon. Finalmente, subió a la superficie una gran carpa típica de Benagéber. Yo creo que sería esa misma carpa que le pegó un susto a mi compañero Miguel o su hermano Pablo cuando pescaban con una spinner las profundidades en un cortado.



Siguieron subiendo hasta la altura de la rampa de Vado de Moya y empezaron a bajar. Andrés había cambiado a un "rapala" en color fire tiger de pala grande (como no) que le había regalado yo tras ganarlo el pasado año en el Open de Lucio. Se lo había regalado siguiendo las directrices finesse con los que una pareja del Valencia Bass me había llenado la cabeza. Estas directrices me prohibían terminantemente utilizar colores no naturales. La cuestión es que Andrés llevaba ese crankbait, y Jared llevaba una spinner anfibia, de las que todos tenemos cuando empezamos a pescar. Sí, de esas, que igual están en medio terrestre, que en medio acuático. Nótese el uso de los términos "medio terrestre" y "medio acuático" para no ofender sensibilidades de gente con estudios en esas ramas de la ciencia.



Volviendo al tema, Andrés con crankbait fire tiger y Jared con spinner alburno. En eso que enfrente de los cortados donde habían sacado la carpa, patapam, picada a Andŕes, me refiero al crankbait de Andrés, se entiende, ¿no? :-P Tras pelearlo un rato, consigue subir el bass que dió 1.9 kg en la báscula. Estaban alucinando dado lo fría que estaba el agua. En eso que siguen bajando por la orilla soleada hacia Fuente Cabera, cuando Jared, que ya había clavado todo aquello que observaba sus artes de pesca desde las orillas, me refiero a ramas, arbustos, piedras, etc., lanza a unas ramitas finas que asomaban sobre la superficie del agua con su spinner y patapam, su primer pez del día, un bass de kilo que pasaba por allí. Enhorabuena, Jared.



Cuando estaban ya llegando a la rampa de embarque para recoger bártulos e irse para casa, Andrés que tenía el brazo como si hubiera estado todo el día haciendo series de bíceps en el gimnasio, patapam, "un altre de kilo nou cents", sí, otro bass de 1.9 kg con el mismo crankbait fire tiger.



En ese momento la "Mare de Déu" de Benagéber que había acompañado a estos dos pipiolos durante todo el día y que había iluminado a Andrés, pero especialmente a Jared (véase foto abajo sin retoque):


se les persofinicó en un árbol seco, algo parecido como le pasó a Moisés en el monte Sinaí. En ese momento, ese árbol habló para revelarles los 10 mandamientos de todo buen pescador:

1. Amarás al Bass sobre todos los peces.

2. No tomarás el apellido de Yamamoto en vano.

3. Santificarás las fiestas porque podrás aprovechar para ir a pescar.

4. Honrarás a aquel amigo que te presentó el Bass.

5. No matarás al Bass.

6. No cometerás actos impuros, así podrás ir más días a pescar (menos cubatas y más pescar).

7. No robarás.

8. No dirás falso testimonio ni mentiras.

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

10. No codiciarás los bienes ajenos.

Fijaos como el avezado reportero gráfico, Andrés, captura la instantánea que refleja la animada conversación que mantiene Jared con la Mare de Déu (o al menos así él creyó que era) antes de hacerle entrega de las tablas de los mandamientos:



Bromas y no tan bromas aparte, cuando Andrés me contaba esta jornada de pesca alucinaba en colores. La única explicación desde mi ignorancia que le encuentro a esa actividad del bass en Benagéber en estas fechas del año fue que estabamos en el último día antes del frente frío que puso las temperaturas en Benagéber en varios grados bajo ceros, y posiblemente eso activara a los peces como si esa fuera su última oportunidad para alimentarse antes del crudo invierno.

No puedo finalizar esta crónica más que con mi más sincera felicitación y envidia sana para con este par de pimpines que hicieron esta pescata contra todo pronóstico. ¡Enhorabuena!

Saturday, December 26, 2009

Puente de la Constitución en Tous, ¿dónde ibamos a estar mejor?

Habiendo 4 días de puente había que aprovecharlos para ir a pescar, claro está. Nuestro escenario sería Tous.

La primera salida que fue el sábado, fuimos Cisco, mi cuñado Andrés y yo, con la barca de Cisco que es más grande que la mía e ibamos a estar más anchos. Subimos directamente hacia la zona de los cortados, creo que con alguna parada intermedia no fructífera.

Dada la época en la que estabamos, ibamos pescando al lucio con pikies y mogambos, y al bass con jigs de jewel, como no. Subiendo por los cañones no tuvimos ninguna picada, lo único a destacar fue la escalada extrema que tuvo que hacer Andrés para plantar un pino en lo alto de un risco.

Llegamos hasta la primera gran récula que hay a mano derecha en los cañones, pero decidimos dejarla para más tarde e ir a la siguiente grande que hay a la derecha. Grave error. Pescamos al lucio dicha segunda gran récula a la derecha sin picada y eso que tenía buena pinta. Cuando ya bajabamos de vuelta a la primera récula, nuestro amigo Alfredo con un motor eléctrico de los buenos, nos adelantó y se metió en la récula. Os podéis imaginar nuestras caras después de estar subiendo más de una hora con un motor eléctrico de los malos. Cisco estaba totalmente indignado. Entramos un poco en esa récula cuando vimos que para más inri, Alfredo sacaba un lucio de 2 ó 3 kilos al final de la récula.

Salimos de la récula y pescamos los cortados que venían a continuación en la parte del sol. Cisco con su pikie "nacional" (para no ofender sensibilidades) lo tira hacia los cortados cuando nota un picada. "Me han picado" dice Cisco, pero acto seguido se le suelta lo que había a la otra parte. Cisco recoge el pikie para volverlo a lanzar, cuando ve que un gran lucio de 6.3 kg sigue su pikie hasta casi la barca. En este momento me gustaría poner el vídeo de Cisco imitando como el lucio tomaba el pikie suavemente con el lateral de sus fauces. Os podéis imaginar la brutal lucha que se produce cuando un lucio de ese tamaño es clavado tan cerca de la barca y con tan poco hilo fuera. Cisco no le dió tregua y yo lo ensalabré rápidamente. Fue incréible.



Tras recuperarnos de las fuertes emociones, seguimos bajando por la misma orilla y al poco rato, pam, Cisco clavaba otro lucio con el mismo pikie, pero otro lucio que era hermano del anterior. No se iba ni 100 gramos. Lo ensalabro como puedo dado el pequeño tamaño de mi salabre de bass, y cuando lo estoy metiendo en la barca, da un coletazo y me viene justo para hacerlo caer dentro de la barca. Madre mía, otro lucio y además muy bueno. Nunca en mi vida había visto sacar 2 lucios de ese tamaño en el mismo día. Me quito el sombrero.



Seguimos pescando, pero dado que hacía más calor, yo cogí mi caña de bass que llevaba montado un jig de pewel negro/azul para lanzar al final de aquellas pequeñas réculas orientadas al sol donde hay una gran variación en profundidad en pocos metros. En la primera que nos encontramos con este patrón, nuestro amigo Cisco clava un bass de kilo y medio, creo recordar.




En la siguiente que nos encontramos, lanza Cisco se le engancha en unas ramitas de la orilla, y aprovecho para lanzar yo, mientras el jig caía por la pendiente notaba las picadas y clavo. Tan pronto como clavo, el bass que había a la otra parte sale como un obús hacia arriba y salta fuera del agua, era bueno. Tan pronto como cae sale disparado hacia la izquierda para chocar contra la orilla. Estaba como loco, nunca había visto un bass con tanta agresividad en sus arrancadas. Finalmente, el bass ya desfondado lo subo a la barca. Era muy bueno, pesó 2.1kg, aunque no parecía que pesara tanto.



Con este pez empezamos a bajar para irnos. Nos quedaba un buen trecho y no quería que se nos hiciera de noche. No recuerdo si tuvimos alguna picada más, creo que vimos un par de basses al entrar en la récula grande a mano izquierda cuando salimos de los cortados. Y eso fue lo que dió ese día de pesca en Tous. Al sacar la barca coincidimos con nuestro amigo Alfredo con el que también coincidimos el lunes.

El lunes volviamos los dos valientes, Cisco y yo, y esta vez nos acompañaba Crespo que tenía unas ganas locas de pescar. Nuestra idea era hacer lo mismo que el otro día, pero el viento en contra no nos permitía avanzar con mi motor de 54 libras en la barca de Cisco, una Duroboat de 14 pies. Tan pronto como llegamos a la zona enfrente de la arboleda nos tuvimos que meter en la primera récula grande a mano izquierda.

Cuando ibamos entrando en la récula hago una lance hacia la orilla con el pikie y pam, una picada. Me doy cuenta de que es un bass, alucino. Al final lo saco sin problemas dado que llevaba la caña de lucio y trenzado. Era un bass precioso de 1.9 kilos. Nos metemos en la récula y la sonda nos marcaba peces entre las ramas, así que echamos en ancla y pescamos las coberturas con jig. Al momento tengo una picada al jig y me cortan el hilo, bien, un lucio. Lanza Cisco a la orilla de enfrente con un pikie amarillo fluorescente y clava un bass de 1.5 kg, creo recordar. Crespo pescando la cobertura , pam, otra picada y le cortan el hilo. Después de estar allí un rato, salimos en busca de la siguiente récula.




En esa siguiente récula, Cisco clavó otro bass con un pikie. Yo estaba sorprendido, estaba picando los basses a pikies y los lucios a jigs. Por fin, entramos en los cañones, y mientras entrabamos, nuestro amigo Cisco, clava otro bass de 1.6 kg (lo digo de memoria). ¡Yeee, tú!

Subimos rápido por los cañones aprovechando que el viento había cesado. Mientras subiamos, Crespo llevaba el motor eléctrico. Cisco y yo haciamos power-fishing con pikies sentados en la barca, y claro, ocurrió lo que tenía que ocurrir. Me picó un lucio que no era muy grande y como iba sentado pues no pude clavar adecuadamente y se me escapó. Pasamos las dos réculas grandes que hay a mano derecha subiendo un poco más, pero no tuvimos picada.

Cuando ibamos bajando nos volvimos a encontrar con Alfredo, un luciero de pro donde los haya y tras charlar un rato, le comentamos nuestra intención de pescar la récula que el otro día nos había "quitado", pero con un "se siente" nos quedamos. Cisco se subía por los cortados :-)

Así que nada, cuando ellos se fueron, nosotros entramos en la récula y allí comimos de categoría, con una compañía inmejorable como son Cisco y Crespo. Crespo tuvo el detalle de traernos dos trozos de tarta del cumpleaños de su hija. No me lo pude acabar, era enorme. Saliendo de esa récula, hice la gracia de coger la caña de Crespo que tenía montado un jig marrón de jewel, lo meto en una cobertura, pam, picada y me cortan el hilo. ¡Ala!, a restituirle a Crespo el jig con el más parecido que tenía.

Con esto fuimos bajando tranquilamente aunque ya era tarde, el viento se había calmado, y las sirenas de Tous hicieron su aparición para encantarnos y hacer que se nos hiciera más tarde. Crespo, un hombre casado, inmune a sirenas, nos avisaba que se nos estaba haciendo muy tarde y que la luna nos abrazaría, pero nuestra ansia por pescar era mayor, como aquel día de la trobada.

Cuando salimos a la zona más ancha de Tous, allí estaba Alfredo, que muy gentilmente nos ofreció remolcarnos. Menos mal, porque cuando llegamos donde estaban los coches era casi de noche. Hay que agradecer a Alfredo este gesto, que a pesar de "quitarnos" los sitios de pesca, nos hizo este gran favor. Muchas gracias, Alfredo.

Esta crónica va dedicada a Álex Fabra por su insistencia en que fuera publicada, pero que no había tiempo de hacer hasta ahora. Cuando tenga un rato añadiré más fotos.